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Los ocupantes que no lleven el cinturón de seguridad abrochado corren el riesgo de sufrir heridas graves o incluso mortales.
En caso de choque frontal, los ocupantes del vehículo que no lleven abrochado el cinturón de seguridad se verán lanzados hacia delante - de un modo incontrolado - por el interior del habitáculo, golpeándose, p. ej., contra el volante, el tablero de instrumentos o el parabrisas fig. 282►. Los ocupantes del vehículo que no lleven abrochado el cinturón de seguridad podrían ser catapultados al exterior del vehículo. Esto puede ocasionar heridas graves o incluso mortales.
Es errónea la idea generalizada de que en caso de accidente se puede parar el golpe con las manos. Incluso circulando a poca velocidad, en caso de choque actúan sobre el cuerpo fuerzas que no pueden contrarrestarse apoyándose.
También es imprescindible que los ocupantes del asiento trasero se abrochen el cinturón ya que, en caso de accidente, se verían lanzados de un modo incontrolado por el habitáculo. Si un ocupante del asiento trasero no lleva el cinturón abrochado, no sólo se pone en peligro a sí mismo sino también a otras personas en el vehículo fig. 283►.